Gaspar tuvo que soportar ¡7! gritos de gol, más fuegos artificiales y cánticos permanentes. (¡Que primera experiencia más extrema!)
Y aquí la foto que retrata el momento. Nótese como Gaspar está aferrado a su papá, sin mucha cara de estar pasándolo bien.
En todo caso, pese al sufrimiento del Gaspi, su ida al estadio fue motivo de orgullo para toda la familia. Y al parecer, al mirar la experiencia con retrospectiva, no tiene taaan malos recuerdos. Acá los comentarios post-partido.