A mi me gusta mi casa, me gustan mis juguetes y me gusta sentarme en mi alfombra con todos los juguetes a mi alrededor. Pero hay una cosa que no siempre me gusta de mi casa. Es un niño. En mi casa hay dos niños. Uno es bien grande, y otro también es grande pero no tanto, aunque igual sabe mover la boca rápido y hablar igual que mi mamá y mi papá, y también puede moverse muy rápido y subir a todas partes y alcanzar todas las cosas. Yo escucho que a ese niño siempre le dicen "Camilo, tú eres el hermano mayor". A mi me molesta ese niño. Cuando nadie está con nosotros él se acerca y me pega con su mano en mi cabeza. También me quita el juguete que yo tenga en la mano. Y a veces me quita mi chupete y se pone a chuparlo él. O otras veces cuando yo estoy en el coche el se sube al coche y me aplasta.
Yo a veces, cuando me duele mucho, me pongo a gritar y ahì viene mi mamá y le dice: "¡Camilo, no le pegues a tu hermano!". Pero igual cuando mi mamá se va, el denuevo me pega o me pone la mano debajo del cuello o arriba de mi guata y la empuja.
Pero ahora ya sé que hacer. Ya no grito para que venga mi mamá. Ahora yo puedo estirar mi mano y apretarla cuando tengo su pelo. También puedo mover mis brazos bien rápidos cerca de su cara o de su cuerpo. Y cuando hago eso, escucho que ese niño se pone a llorar y a decir: "Mami, el Gaspar me tiró el pelo" o "Mamá, el Gaspar me está pegando". Y ahí viene mi mamá y me dice: "Gaspar, no se le pega a tu hermano." Pero cuando mi mamá se va, yo también lo hago de nuevo. A lo mejor ahora yo también soy hermano mayor.