Ya tengo un año grande. El fin de semana pasado fue mi cumpleaños y yo no les había contado nada, (es que parece que es verdad lo que dice mi mamá, que mientras más viejo uno es, el tiempo pasa más rápido; y ahora que tengo un año, uffff, ya pasó más de una semana!).
Mi tata Carlos me sacó unas fotos. Acá están.
Acá estoy yo esperando a los invitados. Mi mamá me decía que me tenía que poner una ropa linda, y antes que llegaran las visitas me puso una ropa, después llegó mi abuelita Pachi y me puso otra ropa, y después de un rato, me pusieron otra ropa distinta. ¡Ay que hay que arreglarse para el cumpleaños! En esta foto estoy en uno de los cambios de ropa.
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Después que llegan los invitados, todos los niños salen al patio a jugar. Y afuera mi mamá puso una mesa chiquitita con galletas que a mi me gustan. También habían papas fritas que le gustan al Camilo y otras cosas cafés que le gustaban a los mellizos. Todos comiamos. Hasta que llegó mi papá sujetando una torta con una vela. Y ahí todos se acercaron donde yo estaba. Mi mamá me dijo que ese era "El gran momento".
Cuando vino la torta con una vela, todos los niños se acercaron y tiraban viento por la boca para que se apagara la vela. Yo no podia hacer eso. Pero cantaron la canción del cumpleaños feliz varias veces y una vez apagó la vela mi hermano Camilo, otra vez un amigo Tomás y otra vez mis primos mellizos. Todos estaban muy contentos. Pero yo no entendí porqué era taaaan importante eso de la vela, la canción y el aire. Yo solo dejé que todos hicieran lo que querían hacer y yo solo miraba.
Pero lejos, lo más entretenido de mi cumpleaños fue que mi mamá hizo aparecer muchas pelotas de colores, que se llaman globos. Mi tía Mile me sujetó para que yo jugara con unos globos que habían colagando de un cordel, ¡me encantó! Ahora empiezo a entender porque a mi hermano Camilo le gustan tanto los cumpleaños, ¡porque tienen globos!