viernes, 14 de agosto de 2009

Dedo en la boca

Me están saliendo los dientes. ¡Yupiii! Yo siempre veía que todas las otras personas tenían dientes, y ahora por fin yo también tengo uno. Lo malo es que no es fácil tener dientes, para que aparezca un diente en la boca pasa harto tiempo en que la boca duele y dan ganas y ganas de mascar todas las cosas. Yo a veces me enojo porque no sale rápido y me pongo bien enojado, apreto bien fuerte alguna cosa con la boca y hago un ruido enojado (como ññññgññgññrñrrr), y después, como no sale el diente, me pongo a llorar. Mi mamá me toma en brazos y yo escucho que ella dice "deben ser los dientes". ¡Y si son los dientes los que me hacen enojar, yo quiero que salgan todos altiro porque no me gusta que me duela la boca!

Y la otra consecuencia que ha tenido esto de la aparición del diente es que antes mi mamá me ponía su dedo en mi boca para que yo lo chupara o le apretara, y a mi me gustaba mucho. Es mucho más rico el dedo de mi mamá, mi papá, o del Pablo, que los chupetes. Pero ahora que ya tengo un diente mi mamá ni mi papá meten su dedo en mi boca, dicen que es muy filudo mi diente y que muerdo muy fuerte. Asi es que no más chupar dedos ajenos, ya soy grande, ya no soy una guaguita a la que le meten el dedo en la boca.


Nota de la madre: (Aparece primer diente la semana del 3 de Agosto, a los 9 meses de edad.)

miércoles, 12 de agosto de 2009

Doblando rodillas

A veces cuando estoy en la alfombra me pongo de guata, y después de poner bien firme los pies y las manos bien sujetadas al suelo, levanto todo mi cuerpo para arriba. Mi mamá cuando me ve siempre aplaude y me dice ¡"bien Gaspar, ahora dobla las rodillas"!

Hoy día pude hacer lo que decía mi mamá: doblé las rodillas, y quedé afirmado del suelo con mis manos y mis rodillas. Y mi mamá empezo a decir "bravo, bravo, bien". Hizo tanto alboroto y se puso tan contenta que parece que lo voy a tratar de hacer más veces, lo que no sé es qué se hace estando así con las rodillas dobladas.

viernes, 7 de agosto de 2009

Boicot

Parece que mi nana Rosa estuvo leyendo acá mi diario de vida, acerca de mis intenciones de recorrer el mundo. Porque hace como dos días que no encuentro un plato lleno de conchitas y piedras que había debajo del sillón. ¡Y a mi me encantaba ir a ese plato! Las conchitas y las piedras tenían un sabor saladito exquisito. Además ese plato estaba bastante cerca de donde mi mamá me pone sentado siempre, era cosa de ponerse de guata y arrastrarse un poquito para atràs. ¡Y ahora ya no está debajo del sillón!
Pero hoy cuando mi mamá me tomó en brazos, al pasar caminando hacia la escalera de mi casa, ¡pude ver el plato con piedras y conchitas! ¡Lo pusieron arriba de un mueble! ¡Que injusta la vida, justo cuando yo había encontrado algo nuevo y rico, los adultos van y se lo dejan solo para ellos!

martes, 4 de agosto de 2009

Adios patitos que suenan


Mi mamá siempre me sienta en la alfombra y me pasa unos juguetes. Los mismos juguetes. Yo ya no quiero mover los patitos que suenan y tampoco quiero chupar el perro celeste ni morder los libros de género.

Ahora, cuando mi mamá me sienta en la alfombra, lo que yo hago es moverme hasta quedar acostado, después me doy vuelta hasta tener la guata en el suelo, y después me empujo con los brazos. ¡Puedo llegar a unas partes nunca antes vistas! Hace unos días empujándome así llegué a un lugar donde habían unos baldes grandes con tierra y unas cosas verdes y suaves que se cortan altiro cuando uno las tira. Y ayer en la tarde llegué hasta una lucesita que se movía y de donde salía un calor muy rico. Fue super!... hasta que escucho:

- ¡Gaspar, nooooo, no toques la estufa!
- ¡Gaspar, no se rompen las plantas!

Y después de cada grito, mi mamá me toma en brazos mientras me habla y habla diciendo palabras como "no" y "cuidado", y más cosas que no le entiendo. Y después de eso ella me vuelve a dejar sentado en la mitad de la alfombra, y me pasa el elefante verde y me dice "toma juega con esto". ¡Mamá, que fome ese elefante! Mucho mejor la lucesita y la tierra de las plantas. ¡Preparense, que allá voy!

domingo, 2 de agosto de 2009

Mi primer pedazo de pan


Cuando fuimos a la playa con todas las personas que viven conmigo, hicimos una cosa que me gustó mucho y no les había contado: me comí mi primer pedazo de pan. Fue en un lugar lleno de personas que no conocía que estaban sentadas en mesas, y que también estaban comiendo pan. Vino una señora a preguntarle a mi papá y a mi mamá si querían pan, ellos dijeron que sí, y la señora trajo un plato con hartos panes. ¡Y mi papá tomó uno de esos panes y me lo dio todo a mi!
Fue lo mejor.

Yo siempre había visto que mi papá y mi hermano Camilo, y mi hermano Pablo y mi mamá y todos se echaban estas cosas grandes a la boca. Y que cuando la comían siempre comían más y más. Asi es que yo sabía que tenía que ser rico. ¡Y es super rico! Uno tiene que tomar el pan y ponerselo adentro de la boca. Y eso es todo. Si uno mueve la boca y chupa a veces salen pedacitos de pan que quedan adentro de la boca y que después de mover más la boca desaparecen. Y entonces se mete más pan dentro de la boca. Me encanta.

Desde que hicimos eso en ese lugar, ahora siempre mi mamá o mi papá me dan un pedazo de pan cuando estoy sentado con ellos en una mesa. Lo que sí, es que ahora mi mamá me los da un poco más chico los pedazos. Pero no me importa, igual son ricos. Y una vez mi nana Rosa, cuando estaba mi hermano Camilo sentado en una mesa comiendo conmigo, me dio un pan con una cosa verde arriba. ¡Super super rico! La cosa verde era blandita y suave. Se llama pan con palta. Parece que es una de las cosas que más le gusta a mi hermano Camilo. Y ahora a mi también.