martes, 29 de septiembre de 2009

Se me perdió el Gaspar

Estábamos con el Gaspar sentados en la alfombra del living de la casa. De repente yo decido que quiero tomarme un té y me paro para ir a la cocina donde me afano poniendo agua en la tetera, buscando una bolsa de té para poner en una taza, buscando si hay alguna galleta dulce para acompañar, y aprovecho de ordenar por aquí y por acá mientras espero pacientemente que hierva el agua en el hervidor eléctrico del año 1 que tenemos en la casa.

De repente mi oido me advierte que hay demasiado silencio en la casa.
- ¿Gaspar?, digo desde la cocina.
Nadie responde, obvio. Camino hacia el living, y para mi sorpresa Gaspar ya no está jugando en la alfombra, -algo que también debiera ser obvio-. Lo busco en el baño, nada, ¿estará intentando subir las escaleras?, no, ¿está sacando los CDs?, tampoco, ¿debajo de la mesa del comedor?, no ... mi corazón comienza a palpitar algo más rápido.

Miro por la ventana. Gaspar ha salido para afuera y está sentado en la mitad del patio echándose pedazos de pasto y tierra a la boca. Mi mira con cara de maldad, él sabe que no me gusta que salga para afuera porque hace frío y el suelo está húmedo... (¿sabrá?).

Bueno, pero ahí estaba. Lo que me hace caer en la cuenta, que efectivamente hace un tiempo ya, que cada vez que él ve una puerta abierta, aprovecha para rápidamente lanzarse al mundo exterior. ¿futuro naturalista? o ¿futuro adolescente carretero?
Gaspar el botanico(foto en casa de abuelos hace dos semanas)

1 comentario:

Camila dijo...

Que cara de malulo! No pueden culpar a Gasparin por querer estar "in the great outdoors"! Mientras salga al patio y no a la calle supongo que no hay problema no? ah y que deje una nota para la mama... ha-ha.
Camila